Interpretaciones de la leyenda
Dos son los autores que con sus respectivas versiones de los hechos de la Batalla de Padura, la convirtieron en leyenda perdurando a través del tiempo. A lo largo de los siglos venideros, aparecerían otras interpretaciones, pero son las versiones de Pedro Alfonso de Barcelos y de Lope García de Salazar, seguramente herederas de la tradición oral y aderezadas cómo veremos, con elementos que podrían servir a sus propósitos, las que mayor relevancia alcanzarían,
Jaun Zuria, según el conde de Barcelos
En el siglo XIII, el conde portugués Pedro Alfonso de Barcelos (1288?-1346) en su “Libro de los linajes” (Livro dos Linhagens), escrito entre 1323 y 1344 identifica a Jaun Zuria con un personaje llamado Froom, hermano del rey de Inglaterra, quien expulsado por el monarca del reino, llega a las costas de Bizkaia con su hijo, a tiempo de ofrecer sus servicios y el prestigio de su sangre real para encabezar una rebelión contra un conde asturiano que exigía de los vizcaínos un impuesto en especies ganaderas (un caballo, un buey y una vaca).

«Libro de los Linajes» de Pedro Alfonso de Barcelos
A uno se le antoja ridícula la disputa por ese pago, pero aunque entendamos que los motivos debían ser mas complejos, así es como aparece en esta obra.
El tal conde, “Don Moninho” en el relato de Barcelos, aducía que no se enfrentaría a horda rebelde alguna a no ser que estuviese encabezada por un noble. Es en este punto donde la providencial llegada de Froom cobra todo su significado. El noble inglés asume el mando y derrota a las huestes de Don Moninho, hecho que vendría a situarse alrededor del año 870.
El éxito de su empresa le empuja a ser confirmado como el primer señor de Bizkaia, al que después sucedería su hijo en el cargo y una serie de señores posteriores, cuyos nombres no ha recogido ninguna fuente histórica contemporánea.
El autor de esta versión del personaje, el conde Pedro Alfonso de Barcelos fue hijo bastardo del rey Dionis de Portugal (1261-1325) y tiene un lugar de excepción en la historia literaria de Portugal, comparable a Alfonso X “El Sabio” en las letras castellanas.
Su “Libro de los Linajes” es un tratado linajístico. Estas obras genealógicas constituyen un subgénero dentro de la literatura histórica medieval. Frente a las crónicas de la época, representan una posición ultraconservadora que fue muy útil para afianzar la posición privilegiada de los señores feudales de la época.
Con gran frecuencia los linajes se hacían remontar a las series genealógicas del Génesis o de la leyenda Troyana. Todo esto tiene su explicación porque en la edad media fueron precisamente La Biblia, La Eneida y La Iliada, las obras de la antigüedad mas difundidas.
Los genealogistas se las arreglaban para dar con los patriarcas y héroes adecuados, con cuyos nombres ofreciesen mayor semejanza por lejana que fuese, con los linajes poderosos de su tiempo y así dotar a estos de ilustres orígenes.
Pedro Alfonso de Barcelos, el autor de esta versión del origen de Jaun Zuria, conoció y trato a los Señores de Bizkaia Juan Núñez de Lara y a su esposa Doña María de Haro, durante sus dilatadas estancias en Castilla, especialmente a causa del destierro que sufrió (1317-1320) en la corte de Doña María de Molina, que fuera reina consorte de Castilla y posteriormente tutora y madre del rey heredero.
Pedro Alfonso de Barcelos relaciona el linaje de los Señores de Bizkaia con un origen inglés y lo hace por añadidura con la leyenda de Bruto, el antepasado heroico de los británicos.
Esta leyenda, que fue unánimemente aceptada por los genealogistas de la baja edad media, según parece tiene su origen en la fantasía de un obispo ingles del siglo XII, Geofrey de Montmouth, en cuyo libro “Historia Regium Britanniae” atribuye la primera población de la Gran Bretaña a Bruto, un biznieto de Eneas, libertador y caudillo de los troyanos cautivos en Grecia.
De esta forma, Pedro Alfonso de Barcelos al emparentar a los Señores de Bizkaia con los antiguos reyes británicos, cuya dinastía debe su origen a Bruto, entronca directamente el linaje de Haro con una de las dos genealogías mas prestigiosas del mundo latino y medieval: la que procedía de Anquises, padre de Eneas
Tenemos de esta manera al linaje del señor de Bizkaia contemporáneo al autor, engrandecido mas si cabe, en una época en la que el poder feudal tuvo que comenzar a hacer frente a nuevas amenazas por el ascenso en la sociedad dominante de la época de nuevos ricos que obviamente ansiaban de ganarse para sí su parcela de poder.
Además, en este caso concreto, conviene tener en cuenta la “anglofilia” de gran parte de la nobleza de la época, partidaria de de una alianza antifrancesa con Inglaterra.
La leyenda en cuestión según aparece en El libro de los Linajes dice así:
«Biscaya fue Señorio aparte antes que huviesen Reyes de Castilla i después estuvo sin Señor.
Avia en Asturias el conde don Moniño, que vexando a aquella tierra le obligó a pagarle cada año una vaca, un buey i un cavallo blanco. Poco después deste acuerdo llegó allí, una nave, en que venía un hombre bueno, hermano del rey de Inglaterra, expulso de allá; y se llamava From: traía consigo a Fortun Froes su hijo.
Supo de aquella gente la contienda con el conde don Moniño; dixoles quien era, i que si le aceptasen por señor los defendería. Hizieronlo ellos así i estando ya en posesión del Estado, llegó el tiempo de pagar al conde don Moniño el tributo, que él embio a pedir. Respondiole From, que viniese él a pedirlo. Juntó sus gentes el conde, i From con sus Biscainos le salió al encuentro cerca de la aldea de Vusturia, adonde el Conde quedó vencido, i muerto, con gran parte de su exercito. Por la mucha sangre que se derramó por allí, se dio al campo el nombre de Arrigurriaga, que en Vascuence quiere decir piedras bermejas.
Muerto don From quedó su hijo don Fortun Froes señor de Biscaya…»
Posiblemente la leyenda tenga su origen en algún relato de tradición oral que legitima de esta manera el poder dado al Señor de Bizkaia, relacionando su origen legendario con la batalla de Padura (Arrigorriaga en este texto).
Este proceder para “demostrar” la legitimidad del poder de determinada estirpe aparecerá también en un relato del siglo posterior. Su autor el noble banderizo Lope García de Salazar, en su obra “Libro de las Bienandanzas e Fortunas” narra la gesta de la batalla de Padura también, pero en los orígenes del personaje de Jaun Zuria y en su proclamación como señor de Bizkaia aparecen significativos cambios, puesto que es una vez librada la batalla, conseguida la victoria y probada la valía de ese personaje, cuando es proclamado señor de Bizkaia, demostrando ser merecedor de ello al resultar victorioso en su empresa, en cambio para Pedro de Barcelos, se justifica el otorgar la titularidad del Señorío exclusivamente por los derechos de linaje, por la nobleza de la sangre.
Ambas versiones de la leyenda están espaciadas en el tiempo por mas de un siglo de separación. Aparecen nuevos valores y una nueva sensibilidad renacentista apuntaba ya en el horizonte histórico.
Jaun Zuria en la pluma de Lope Garcia de Salazar
Lope Garcia de Salazar (1399-1476), señor de de la Torre de Muñatones (Muskiz, Bizkaia) y preboste de la villa de Portugalete fue un hidalgo relativamente poderoso dentro del Señorio de Bizkaia en una época convulsa de luchas “banderizas” entre las facciones de “Gamboínos y Oñacinos” quienes porfiaban entre sí por hacerse con el poder en el Señorío.

Lope García de Salazar, noble banderizo y cronista de su época. Un personaje con una vida de leyenda.
Bibliófilo, con voluntad de saber y dar a conocer las cosas “oídas e vistas”, con una visión del mundo ciertamente muy particular, la que correspondía a aquella pequeña nobleza que aún era un grupo poderoso pero acosado, que se empecinó en la defensa de los privilegios tanto en el terreno de las armas como en lo cultural.
El renacimiento de la literatura caballeresca refleja este aspecto y sin duda se inspiró en ella para enaltecer la leyenda de Jaun Zuria.
Enemistado con sus hijos, pasó los últimos años de su vida recluido en su torre de Muñatones a manos de su primogénito por disputas en los derechos sucesorios, hasta morir finalmente envenenado.
Es durante su cautiverio cuando escribió el Libro de las Bienandanzas e Fortunas, por tal hecho es posiblemente el primer historiador reconocido del territorio de Bizkaia.
En el relato de Lope García de Salazar se da cuenta del conflicto que se crea entre el reino de Asturias y la negativa de Bizkaia al pago de tributos.
Cuenta la historia que hacia el año 870 las tropas del rey Alfonso III, al mando de su hermano el Infante Ordoño, reclaman a Bizkaia los impuestos no pagados (un buey, una vaca y un caballo blanco. De nuevo aparece el mismo argumento que en la versión de Pedro Alfonso de Barcelos) que supuestamente venían recibiendo desde las incursiones periódicas del rey Fruela I de Asturias algo mas de un siglo atrás. Las tropas del rey Alfonso III penetran en el territorio provocando gran devastación y llegando según cuanta la historia hasta la villa marinera de Bakio.
El territorio de Bizkaia toca a rebato, tañendo las bocinas de las cinco merindades que la conformaban, y acuerdan hacer frente a los invasores. Envían mensajeros a los asturianos proponiendo enfrentarse en el lugar que ellos quisieran. El infante Ordoño responde altanero diciendo que sólo se enfrentaría a rey o a alguien de sangre real.
Es aquí cuando aparece en escena Jaun Zuria, que por ser descendiente de linaje real será quien acaudille a las tropas de Bizkaia, culminando todo ello en batalla de Padura donde vencen y persiguen a las tropas derrotadas.
Desde entonces Padura pasa a llamarse Arrigorriaga (lugar de piedras rojas) debido a que por la crudeza de la batalla todas las piedras acabaron teñidas de sangre. El propio infante Ordoño muere en esa batalla.
La diferencia entre este relato y el de Pedro Alfonso de Barcelos, además de en la identidad del oponente (el conde asturiano Don Moninho por el rey Alfonso III) radica en el origen del personaje de Jaun Zuria.
Narra Lope García de Salazar, que una princesa escocesa expulsada por el rey escocés desembarca en su exilio en la costa de Bizkaia (Mundaka). Este personaje sería la madre de Jaun Zuria, de ahí su ascendencia real.
El relato según lo narra Lope García de Salazar dice tal que así:
“Una hija legítima del rey de Escocia arribó en Mundaca unas naos y vinieron con ella muchos omes y mugeres Y, quando llegaron á la concha de fuera, avia tormenta, que quisieron posar allí y bieron al agua que descendía de Guernica turbia, que venta crescida y dixeron aca munda ca. Heran todos gramáticos, que en gramática dizen por agua limpia aca munda, y fueron al rrío arriba y -posaron dentro donde ahora es poblada Mundaca y por esto le llamaron Mundaca; y aquí se dize que esta donzella se preñó y que. nunca quiso dezir de quien hera preñada y que la dexó en destierro del rreino su padre, y que la dexaron allí en Mundaca aquellas gentes que con ella vinieron y que se tornaron para Escocia con sus naos sino algunos que quedaron allí con ella.
Y por otra manera dize la historia que cuando el de Escocia, padre de esta donzella, murió, que fincó un su hijo por rrey y que esta su hermana no quiso quedar en el rreino, y que tomó aquellas naos y gentes con todo algo que pudo aver y que arribó allí en Mundaca, como dicho es, y que las naos y gentes, con algunos de las compañas, que se tornaron para Escocia, y la infanta con los más se quedó allí y que hizieron allí su puebla y que, estando allí, que durmió con ella en sueños un diablo que llaman en Bizcaya Culebro, Señor de Casa, y que la empreñó y destas dos cosas no se sabe qual dellas fué más cierta; pero como quiera que fué, la Infanta fué preñada y parió un hijo, que fué ome mucho hermoso y de buen cuerpo y llamáronle Don Zurián, que quiere dezir en castellano Don Blanco.
En aquel tiempo no hera Bizcaya cinco merindades como es agora, ca estonces la Encartación y Somorrostro y Baracaldo del rreino de León heran y Durango estonces Señorío sobre sí, y hera Señor della Don Sancho Astegures, y después la ganó Don Iñigo Esquerra, Señor de Bizcaya, ca trucó otra tierra con el rrey de León en Asturias juntóla con el Señorío de Bizcaya con aquellas tranquezas é libertades que Bizcaya avía; y en esta sazón se alzó Castilla Vieja contra los rreyes de León; porque les mató á los Condes á sus Señores y el rrey de León guerreava mucho con Bizcaya, porque fiera de Castilla, y hazíales mucho daño á ellos á él también y, tanto ovo de ser, que un hijo del rrey de León entró á correr á Bizcaya y llegó hasta Vaquío, haciendo mucho daño en la tierra, é juntáronse las cinco merindades y ovieron consejo que le diesen batalla y el hijo del rrey de León respondióles que les no darla batalla á ellos ni á otro ninguno que no fuese rrey ó hijo de rrey ó de la sangre rreal, y sobre esto ovieron su consejo é, pues Don Zurián hera nieto del rrey de Escocia, que fuesen por él é le tomarían por Capitán y diesen con él la batalla, para en Arrigorryaga, que se llamava estonces Padura, y bino allí en ayuda de los biscaynos Don Sancho de Stegures, Señor de Durango, y obieron allí su pelea, mucho porfiada y recia, y fué allí vencido y muerto el yjo del rrey de León y muchos de los suyos yacen enterrados en Arrigorriaga, que quiere decir en castellano peña bermexa Ensangrentada; y fueron en el alcance asta el árbol gafo de Luyando, y, porque non pasaron adelante en el alcance, le llamaron el árbol gato; y con la gran alegría que ovieron y porque el dicho Don Zuría provó mucho bien por sus manos, tomáronlo por Señor y alcanzáronlo por Conde de Biscaya, y partieron con él los montes y los monasterios á medias, y prometiéronle de ir con él cada y cuando que menester lo obiesen asta aquel árbol gafo á su costa dellos y con armas y sin sueldo y que, si dende allí adelante les quisiese llevar, que les diese sueldo.”
La historia en su origen como se ve se abre a dos posibilidades:
«Una hija legítima del Rey de Escocia arribó en Mundaca en unas naos y vinieron con ella muchos hombres y mujeres…y aquí (en Mundaca) se dice que esta doncella se preñó, y que (por eso) la dejó en destierro su padre, y que la dejaron en Mundaca aquellas gentes que con ella vinieron y que se tornaron para Escocia con sus naos salvo algunos que quedaron con ella»
o bien…
» Que cuando el (rey) de Escocia padre de esta doncella murió (hizo rey a su hijo) que fincó un su hijo por rey y que (por) esto su hermana no quiso quedarse en el reino y que tomó aquellas naos…y que arribío allí en Mundaca..y que las naos se tornaron para Escocia y la infanta con las más de las gentes se quedó allí (en Mundaca) y que hicieron alli su puebla. Y que estando allí…durmió con ella en sueños un diablo que llaman en Bizcaya Culebro, Señor de la casa y que la empreño…y parió un hijo, que fue mucho hermoso y de buen cuerpo y llamáronle don Zuria, que quiere decir en castellano don Blanco…»
Aquí ya aparecen aspectos mitológicos que van a entroncar al personaje con otros aspectos legendarios en los que perderse.
El territorio vasco es rico en tales tradiciones, también en mitos ofïdicos, por ejemplo Mari, (sobrenombre de la deidad femenina en la tradición mitológica vasca que sería el equivalente a la Madre Tierra) adoptaría con frecuencia la forma y atributos del dragón, y se empareja con Sugaar. Sugaar puede traducirse como serpiente-macho o culebro, como así aparece en el texto.
La serpiente (culebro en el texto) en el cristianismo tiene unas connotaciones totalmente negativas, siendo la representación mas clara del diablo.
Por otro lado, mitos que proceden de la demonología clásica de origen platónico que llegaron a la edad media a través del escritor latino Apuleyo (siglo II) vienen a decir que en la capa de aire que existe entre la tierra donde habitan los hombres mortales, y el Eter donde habitan los dioses inmortales, está poblada por una multitud de demonios inmortales igual que los dioses, pero a su vez están sujetos a las pasiones de los hombres, pudiendo adoptar forma humana y tener trato carnal con los humanos (culebro, de nuevo en el texto).
De esta manera el relato incluye en sí aspectos de mitología clásica, cristiana e incluso caballeresca, al incluir todo el séquito que embarca con la princesa en su exilio, lo que compone una imagen muy habitual en los romances de la época: el séquito feudal que comparte los reveses de la fortuna de sus señores.
En la parte final del texto,se refleja de manera clara que la ostentación del poder posteriormente a cargo del señor de Bizkaia, está totalmente legitimada, ya que es el propio pueblo quien otorga tal honor a Jaun Zuria tras la batalla. Estableciéndose entre las partes, Señor y Pueblo, una especie de pacto:
“… y fueron tras la batalla en el alcance al enemigo asta el árbol gafo de Luyando, y, porque non pasaron adelante en el alcance, le llamaron el árbol gafo; y con la gran alegría porque Don Zuría provó su valer, tomáronlo por Señor y nombráronlo Conde de Biscaya, y repartieron con él los montes y los monasterios á medias, y acordaron ir con él en la lucha siempre que hubiese menester asta aquel árbol gafo á su propia costa, con armas y sin sueldo y que, si desde allí adelante les quisiese llevar, les debería dar sueldo.”
Con este pacto, el poder del señor de Bizkaia y sus posesiones quedarían totalmente legitimadas. Un aspecto que de ninguna manera el noble banderizo Lope García de Salazar iba a obviar en su obra, Recordemos que en aquella época, el territorio de Bizkaia se encontraba inmerso en una eterna disputa entre dos bandos de nobles y parientes mayores de las familias mas poderosas. Por un lado los «Gamboínos» y por otro los «Oñacinos», al cual estaba adscrito nuestro autor. Aquellas luchas comenzaron en las últimas décadas del siglo XIII hasta mediados del siglo XIV y cuya finalidad era mantener su estatus que comenzaba ya a ser amenazado por el nacimiento de las villas, siendo el comienzo del declive del mundo feudal y como muestra de ello,es la aparición de las «hermandades» en las citadas villas, para defenderse especialmente del poder de la nobleza rural. Estas Hermandades fueron el embrión de lo que después serían las Juntas Generales. Los enfrentamientos dejaron gran mortandad y sobre todo hastío en la población. Una máxima de aquella época, que ha llegado hasta nuestros días puede revelar en cuatro palabras el sentido de aquella lucha: «Mas valer, mas tener»
Lope García de Salazar, a pesar de mantener en esencia elementos comunes en el relato con Pedro Alfonso de Barcelos, quiere incidir en la «legitimidad» del Señor, ensalzando su figura con una entrega total a las mas altas normas de honor, que incluso lo hace extensivo a sus vasallos, por ejemplo como la obligatoriedad de defender el territorio exclusivamente hasta sus límites. Es así que el acoso a la tropa vencida que huye en desbandada, se detiene al llegar a un árbol, que en el camino que se dirije a la meseta, indicaría la frontera de Bizkaia. Arbol conocido como“gafo», es decir encorvado, o “malato” (una deformación del término «malestu» que en euskera significaría «mellado») ubicado en la localidad de Luiando en Alava, pero entonces perteneciente a Bizkaia, y situado a 2 leguas de Arrigorriaga -Padura, en donde clavaron los vencedores sus armas, dejando su tronco, efectivamente «mellado».
Existe abundante información y leyenda sobre el citado árbol, posiblemente una encina, que marcaba el límite fronterizo del territorio y aunque su origen probablemente sea anterior a la batalla de Padura, No hay duda de que con su presencia en el relato, Lope García de Salazar confiere al mismo de una caballerosidad y nobleza que comparten los vizcaínos con su Señor, que lucharían únicamente por defender su tierra y si fuese preciso hacerlo a partir del citado límite, ya sería como mercenarios a sueldo del señor de Bizkaia.
Sobre las referencias que se hacen a las topónimos de Padura y Arrigorriaga, lugar donde sucedió la batalla, resulta de interés hacer alguna aclaración al respecto. «Padura» traducido literalmente del euskera, será «Marisma», pero ya que nos encontramos en un valle, en la vega del río Nervión, es obvio que se refiere a una zona de la vega inundada, un humedal, una zona pantanosa. Quizá esas características influyeron para que los vizcaínos presentasen allí batalla visto el resultado de la contienda, según la leyenda.
Una traducción literal del euskera al castellano del término Arrigorriaga, sería algo así como “pedernal de piedras rojas”, y se habría llamado así tras esta batalla por la sangre derramada. esta interpretación, que es también parte de la leyenda es la que mayormente ha calado hasta nuestros días en el imaginario popular.
Otra posibilidad podría ser que se debiese el nombre a las minas de hierro en el barrio de Ollargan, perteneciente al propio municipio de Arrigorriaga en la actualidad, minas hoy abandonadas, que convertirían las piedras de la zona en rojas o “bermejas” como dice el conde Barcelos, pero estas minas son bastante lejanas al centro del municipio.
Así que lo más probable, es que el topónimo “Arrigorriaga” sea “pedernal de piedras peladas”, ya que “gorri” en euskera se puede traducir también como “pelado” (como el monte Aitzgorri entre Gipuzkoa y Alava), pues la Iglesia Parroquial de Arrigorriaga, Santa María Magdalena, en su origen se edificó sobre un montículo de piedras cercano al río y pelado de vegetación.
Jaun Zuria según otras fuentes y otros autores
No son el conde de Barcelos y Lope García de Salazar los únicos que con sus obras han argumentado el origen de Jaun Zuria y su proclamación como primer señor de Bizkaia.
Otra antigua versión de la leyenda aduce que Jaun Zuria era un príncipe heredero irlandés llamado Lemor MacMorna. En un desgraciado accidente de caza, mata a su padre, al rey lo que provoca su destierro.
En su exilio llegaría a Mundaka con dos de sus sirvientes en una pequeña embarcación. Por aquellos días las tropas asturianas atacaban Bizkaia, y Lemor se une a los lugareños luchando contra los invasores en la legendaria batalla de Padura. En este aspecto todas las historias convergen.
Pero aún hay mas, algunos autores le atribuyen, incluso orígenes nórdicos.
Antón Erkoreka en su obra «Los Vikingos en Euskal Herria», revela que en la segunda mitad del siglo IX, se establece en la ría de Mundaka una base vikinga relacionada con los reyes de Dublin Olafrel u Olafr el blanco e Ivarr el Culebro”.
Los personajes de la leyenda (el culebro y el propio Jaun Zuria) coinciden en sus nombres con los reyes normandos-vikingos que gobernaban Dublín por los años, 850-853, Ivarr “el Culebro y Olafr “el Blanco”.
Otra versión oral habla de que en la batalla de Padura sobresalió “por su valentía entre los vizcaínos el joven noble Lope Fortún de Mundaka, hijo de una princesa escocesa y de un noble de Mundaca. Después de la

La ría de Mundaka aparece en la mayoría de las versiones de la leyenda de Jaun Zuria, como el lugar al que llegado desde algún lugar del norte de Europa, desembarcaría el propio Jaun Zuria o su madre
batalla, los vizcaínos aclaman a este noble, y en 888 le nombran su Señor, siendo el primer Señor de Vizcaya bajo el nombre de Jaun Zuria (Señor Blanco) llamado así por blancura de su piel. Hoy quien relaciona en esta versión de la historia el nombre de Lope Fortún con el de Froom, el personaje que hay tras el de Jaun Zuria en la versión del conde de Barcelos.
Tomás Urzainqui en su libro “Nabarra, sin fronteras impuestas”, esgrime que a tenor de la genealogía de Lope García de Salazar, la princesa de Escocia correspondería a la princesa Navarra Belasquita, hija del rey Sancho I y de la reina Toda (como dice el Códice de Roda) y según la genealogía del conde de Barcelos, el padre de Jaun Zuria no habría sido otro que el navarro Fortún Galindones, Tenente de Nájera y tercer esposo de la princesa Belasquita, según nos descubre el mismo Códice de Roda.
El afán genealogista de dar antecedentes ilustres y exóticos a las familias gobernantes convertiría a Belasquita o Belascota (Bela-Scota) en princesa escocesa, y a Fortún Galindones en príncipe galés, viendo en el apellido Galindones la raíz Galen o Galense, similar a Gales.
El escritor Antonio Trueba (1819-1889) también cuenta una hermosa historia sobre Jaun Zuria en su obra «Cuentos populares» en 1859, y Vicente de Arana en 1887, publicó su versión de la leyenda con el título «Jaun Zuria, el Caudillo Blanco».
También escritor Seve Calleja en su obra “Cuentos y leyendas populares vascos» (1995) recoje otra versión de la leyenda..
Los trabajos de historiadores como Labayru y Mañaricua han tratado de aportar algo mas de luz y conocimiento, intentando valorar las distintas versiones de esta leyenda pero que independientemente de sus argumentos, mantienen un elemento común entre ellas, pues todas convergen en la mítica batalla de Padura y en el enfrentamiento con las fuerzas asturianas.