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Jaun Zuria, primer Señor de Bizkaia
Jaun Zuria, primer Señor de Bizkaia

Jaun Zuria, primer Señor de Bizkaia

Ahora que la novela es una realidad, se hace necesario a juicio del autor dar a conocer los aspectos legendarios que le influyeron para la composición del texto, ofreciendo al lector la posibilidad de adentrarse someramente en las diferentes fuentes de las que ha bebido.

Antes de adentrarse en las diferentes versiones de la leyenda sería prudente hacer un breve repaso de qué circunstancias históricas la rodean.

Nos encontramos en la segunda mitad del siglo IX. La península ibérica se encuentra en su mayoría bajo el influjo musulmán tras la invasión islámica del año 711, tan solo el norte resiste a esa amenaza y transcurrido mas de siglo y medio tras aquel episodio tanto el reino de Asturias al oeste como el de Navarra por el este, no solo se han asentado si no que le disputan el territorio al enemigo musulmán, en un proceso que se alargará por casi ocho siglos y que ha llegado hasta nuestros días con el sobre nombre de “Reconquista”.

En el momento de la ambientación del relato (año 870 en su mayor parte) parece ser que los vizcaínos se encuentran inconformes en su encaje en el reino asturiano. Hacia el año 866 hubo una rebelión contra Alfonso III, monarca asturiano que sufrió ciertos avatares que dificultaron su llegada al trono a cuenta de una conspiración en la que participaron algunos de sus mas allegados parientes.

En esta rebelión que finalmente sería sofocada, se vieron implicados los vizcaínos (vascos, vascones… el término es difuso según la fuente o autor consultado) y un supuesto conde de Alava de nombre Gilón, o Eylon, o Zenón… (así aparece por cierto en la novela) que los comandaría en aquella confrontación.

Anteriormente a Alfonso III, sus predecesores en el trono habían combatido la rebeldía de los vascos contrarios a someterse al vasallaje del monarca astur. Las crónicas de la época que han llegado hasta nuestros días, así reparan en tales episodios, resultando llamativa la que hace referencia a Ordoño I, al que se le atribuye el “exterminio de la religión de los magos” refiriéndose a los practicantes de los credos paganos, muy arraigados entre los vascos.

Jaun Zuria. Oleo siglo XVII, Casa de Juntas de Gernika (Bizkaia)

Hay que tener en cuenta que incluso los predecesores de todos estos reyes en los tiempos anteriores a la irrupción musulmana en la península, bajo el influjo del reino visigodo, eran monarcas que estaban atados al juramento de perseguir el paganismo para imponer la fe cristiana, que aunque penetra en el territorio vasco, lo hace de manera muy lenta, reacios los lugareños al cambio impuesto. El credo de los cristianos , en muchos casos se “amolda” a situaciones específicas. Se levantan ermitas o iglesias sobre anteriores lugares de culto pagano, aprovechando el empeño de las gentes por seguir manteniendo vivos esos lugares de culto, o incluso algunos iconos o mitos de los antiguos credos vascos, se transforman teniendo sus “alter ego” en el cristianismo.

Pero volviendo al reinado de Alfonso III, se cuenta en los primeros textos en los que tres siglos mas tarde esta historia ya aparece escrita, que ya asentado en el trono el joven monarca asturiano, los vizcaínos persistían en no satisfacer el pago de algunos tributos que la corona les exigía. Es así que tras una de las habituales campañas contra los musulmanes, las tropas del rey irrumpieron en Bizkaia devastando y saqueando.

Aquel hecho haría conformar a los lugareños una fuerza que reta a los invasores. Estos que no veían necesario satisfacer tal requerimiento, se excusan aduciendo que ya que sus fuerzas están comandadas por un infante, (el parentesco con el rey es algo difuso, posiblemente fuese su hermano) sólo se enfrentarían a una fuerza comandada por un caudillo de linaje real.

Indudablemente no esperaban que los vizcaínos contasen con alguien entre sus filas que cumpliese con tales requerimientos, y es aquí donde irrumpe con fuerza todo el mito y la leyenda de Jaun Zuria, el señor Blanco, pues no solo contaba la fuerza vizcaína con la presencia de un descendiente de reyes, si no que incluso en la opinión de los creyentes en la antigua religión del territorio, aquel joven estaría legitimado para ser su señor por haber sido engendrado por una una divinidad pagana local.

Finalmente la batalla se desarrolla en un paraje conocido como Padura, que hoy en día se atribuye a la localidad vizcaína de Arrigorriaga.

Tras la consabida derrota de las huestes astures, ese joven, apodado Jaun Zuria (el señor Blanco, en lengua vasca) por su aspecto albino y de cabellos rubios, es proclamado señor de los vizcaínos.

Ninguna de las crónicas asturianas posteriores dio cuenta de tales hechos, lo cual ni quiere decir que tal episodio no sucediese ni todo lo contrario, pero no es descabellado creer, que quizá tan solo por una vez, las fuerzas del rey asturiano fuesen sorprendidas y derrotadas.

De haber sucedido así, es muy posible que en campañas posteriores el rey se hubiese cobrado debida venganza, pero la alta edad media, es una época muy bien abonada para la fantasía y la leyenda, entremezclando por un lado la historia de una épica batalla, con la de los orígenes de un fantástico personaje.

Así, tres siglos después aparece una primera versión de esta historia por fin escrita, con tintes que se nos asemejan a las épicas leyendas artúricas, a los relatos carolingios de la canción de Roldán o a El Cantar de mio Cid, por poner algunos ejemplos.

Historia, mitología y leyenda entremezcladas, donde es casi imposible diseccionar los episodios reales de los falsos, un terreno perfectamente abonado para fantasear y por ejemplo, escribir una novela.